sábado, 23 de mayo de 2009


El mundo es eso, un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena al aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende. Y descubrí que no siempre los fuegos pueden estar unidos ni juntos, a veces sí, a veces no. En esas ocasiones, en las que cuesta aceptarlo, debemos pensar que es mejor así, separados que juntos, y que una mala viene por una buena. Y gracias a tu llama yo brillo, y gracias a tu mirada yo miro, y gracias a tu sonrisa río, y gracias a tu amor sonrío.

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