martes, 9 de junio de 2009


Que mis ojos se llenen de las santas montañas, de las noches brillantes del sol de las mañanas, que mis ojos intenten bucear en las aguas negras del universo, las estrellas aladas. Que mis ojos se envuelvan buscándome el alma, desde afuera hacia adentro, y me cambien la mirada. Que mis ojos se miren en los ojos del triste, del sobervio, del duro, con perdón y esperanza. Que mis ojos se cierren una noche estrellada, con los sueños cumplidos, y me duerman las alas.

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